"Sentí la madurez como un viaje hacia dentro y el comienzo de una nueva forma de libertad: podía usar zapatos cómodos y ya no tenía que vivir a dieta ni complacer a medio mundo, sólo a aquellos que realmente me importan".
"Me repite que me cuide, que me quiera, que saboree las horas porque se van muy rápido, que no deje de escribir, para mantener la mente activa, y que haga yoga para poder agacharme y ponerme los zapatos. Agrega que no me esmere en preservar una apariencia joven, porque los años se me notarán de todos modos, por mucho que trate de disimularlo"